Consiste en la colocación en boca de una férula confeccionada de forma individual para cada persona, adaptándose perfectamente a los dientes. No molestan en absoluto y se puede hablar con ellas puestas.
Se entrega al paciente unas jeringas con el producto blanqueador. Es conveniente conservarlo en nevera.
Cada noche y durante 7 días, tras el cepillado de dientes se deposita una pequeña cantidad en la férula, a la altura de cada uno de los dientes a blanquear, y se pone en boca.
A la mañana siguiente se retiran las férulas de boca y se limpian con agua fría para eliminar los restos de producto. Es normal notar cierta sensibilidad al frío al enjuagarse los dientes pero es pasajero.
Transcurridos los 7 días se acudirá a la consulta para valorar los cambios y se le darán más jeringas con el producto blanqueador para aplicarlo 7 días más de la misma forma.
Transcurridas las 2 semanas, se volverá a la consulta para poder evaluar el color obtenido final y actuar en consecuencia prolongando ó no el tratamiento.